Juan de Valdés Leal fue protagonista principal del panorama artístico sevillano de su época. Su singular personalidad y rotunda individualidad determinaron un estilo teatral, dinámico, una factura inquieta y elocuente puesta al servicio del gesto y la expresión que nos muestra el barroquismo triunfante en la escuela sevillana de la segunda mitad del siglo XVII.
Con motivo del cuarto centenario de su nacimiento en 1622, la exposición propone una visión actualizada del artista que transformó los principios del estilo pictórico barroco que imperaban en Sevilla. El peso de la estética de Murillo y de su extraordinaria calidad como pintor debió impulsar a Valdés a recorrer sendas expresivas alternativas, superando el tradicional ejercicio del oficio en la escuela sevillana de su época al mismo tiempo que afianzaba su personalidad como artista.
Esta comparación con Murillo ha llevado a que no se haya tenido en cuenta la verdadera dimensión de Valdés Leal, no solo como pintor, sino como artista de una desbordante fuerza creadora, para lo que empleó todos los recursos y técnicas a su alcance. Murillo fue fundamentalmente un pintor capital y también extraordinario dibujante, mientras que Valdés Leal fue un creador profuso sin fronteras técnicas que supo estar abierto a las novedades, que le llevaron a configurar un estilo personal y a renovarse constantemente.
El mito desenfocado de Valdés como el “pintor de los muertos”, que tiene su origen en
la fama alcanzada por Las Postrimerías del Hospital de la Santa Caridad, es solamente
un ejemplo más de esa capacidad creadora sin límite. En esos cuadros, Valdés puso
imagen a los pensamientos de Mañara y no, como se le atribuye, una particular
atracción por lo tétrico, tal como convenía a la literatura romántica y a las
narraciones de los viajeros del siglo XIX.
Pretendemos mostrar la figura de Valdés añadiendo otros parámetros que responden
a la renovación y evolución de la propia historia del arte, es decir, teniendo en cuenta
nuevos datos consecuencia de importantes investigaciones recientes y atendiendo a
una serie de factores fundamentales hasta ahora poco contemplados, como es el
contexto histórico que provocaron los encargos de las obras, el modo de producción
del artista que trabajaba en un taller organizado en el que la producción de la obra era la suma del trabajo de diversos profesionales dirigidos por el maestro, que
participaba en mayor o menor medida según la importancia del encargo.
Otro rasgo fundamental es el modo de concebir la obra de arte, el camino que recorre
en la mente y en las manos del artista desde que se le encarga hasta que la finaliza. Es
decir, cómo compone la obra, cómo se plasma en el lienzo, ensayando o estudiando
las posibles soluciones a lo que ha de representar. Para ello, Valdés se sirvió del
dibujo y también practicó un tipo de pintura en pequeño formato donde ensayaba
esas posibles composiciones, en un tipo de pintura que hasta ahora ha aparecido
como marginal en su producción pero que tiene una función primordial, pues deja
plasmada su capacidad de componer, su técnica rápida y valiente, y sobre todo hace
evidente la cualidad escenográfica de su obra.
La exposición Valdés Leal (1622-1690) exhibe, en una ocasión única e irrepetible, una amplia
representación de la producción del artista con motivo del cuarto centenario de su
nacimiento. Dicha conmemoración ofrece la oportunidad de poner en claro su figura
y sus indudables logros artísticos, apartando etiquetas inexactas y lecturas
distorsionadas, entre ellas, su predilección por la crudeza y el dramatismo.
Además, la muestra aspira a situar al artista en su tiempo. Ubicado en sus años
iniciales en la órbita de Herrera el Viejo y Antonio del Castillo, se vio fuertemente
influido por los aires nuevos traídos por Herrera el Mozo desde Madrid. También
explora cómo el éxito de Murillo le llevó a buscar unos caminos expresivos
alternativos, a través de un lenguaje arrebatadoramente personal.
La muestra, que se podrá visitar en las salas V y VIII y la sala de exposiciones
temporales hasta el 27 de marzo de 2020, está comisariada por Ignacio Cano Rivero,
Ignacio Hermoso Romero y Valme Muñoz Rubio, y actualiza la aproximación científica
al pintor y escultor realizada por la pinacoteca sevillana en 1991, con ocasión del
tercer centenario de su fallecimiento.
Valdés Leal (1622-1690) reúne, además de los fondos del artista custodiados por el
Museo de Bellas Artes de Sevilla, importantes préstamos nacionales e
internacionales. Destacan, entre ellos, el Museo Nacional del Prado, el Museo Nacional
DOSSIER DE PRENSA
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de Arte de Cataluña, The National Gallery de Londres, Hamburger Kuntshalle, la
Catedral de Sevilla, la Hermandad de la Santa Caridad, así como diversas colecciones
privadas y parroquias sevillanas, cordobesas y gaditanas.
Valdés Leal (1622 - 1690)
2 de diciembre de 2021 - 27 de marzo de 2022
Museo de Bellas Artes de Sevilla
Plaza del Museo 9